miércoles, 11 de diciembre de 2013

LA MÚSICA, LA RÍTMICA Y EL ENTRENAMIENTO.

Existen algunos deportes o tipos de actividad física, donde la música forma parte del ejercicio a realizar. Un ejemplo de estos deportes y actividades pueden ser; aeróbic, body-step, body-jump, natación sincronizada… La música es algo que vive dentro de nosotros, cuando nos subimos al coche ponemos música, cuando salimos a tomar algo con familiares y amigos estamos escuchando música.
En las competiciones, muchos equipos realizan sus calentamientos con música, esto puede aumentar la motivación de los jugadores y puede suceder que a algunos de nuestros jugadores les ayude a liberar tensiones y mejorar su concentración. De este modo nuestros jugadores alcanzarán un mayor rendimiento y jugarán más relajados.
 


A la hora de los entrenamientos en diferentes deportes podemos usar ritmos musicales. Por ejemplo, en el deporte de la natación, podemos marcar un ritmo golpeando con una tabla en el trampolín y pedir al deportista que cada golpe realice un ciclo de brazos. De esta manera podemos variar la intensidad del entrenamiento, en función de lo que veamos más adecuado, haciendo un ritmo más allegro (velocidad del nadador aumentará), por el contrario si hacemos el ritmo más lento (la velocidad del nadador disminuirá).
Por otro lado en el atletismo, también usamos la rítmica. El corredor de 400 metros vallas realiza 13, 14 o 15 pasos. En estas carreras la aparición de la fatiga es un factor fundamental. Podemos trabajar marcando una rítmica que haga al corredor dar siempre ese mismo número de pasos entre valla y valla.


¿Podemos trabajar aspectos físicos con música?

En deportes colectivos podemos utilizar la música tal y comentaba al principio para diferentes aspectos, tales como mejorar nuestra concentración o aumentar nuestra motivación. Sin embargo, en el trabajo de fuerza abdominal, fondos, dominadas, podemos marcar un ritmo también. En cada golpe, el jugador realizará una repetición del ejercicio que estemos trabajando. El ritmo de los golpes, puede ser más rápido o más lento. Aquí encontramos muchas variantes, por ejemplo, golpes a un ritmo constante y lento durante toda la serie, de este modo creamos más resistencia y provocamos un mayor esfuerzo en nuestros jugadores. Otro ejemplo puede ser empezar con un ritmo lento e ir aumentándolo progresivamente, de este modo mejoraría la explosividad, puesto que metemos rapidez cuando nuestro cuerpo ya está fatigado.

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