En
numerosas ocasiones, seguro que hemos realizado algún tipo de actividad física
o deporte, y al día siguiente hemos padecido las temidas agujetas. Es algo que
está muy presente en todas las personas, y que pueden causar una molestia en
nuestro cuerpo, que estemos sin poder movernos varios días.
Lo
primero que debemos saber, es que “Agujetas” es su nombre coloquial,
científicamente se refieren al Dolor Muscular de Aparición Tardía (DMAT). No
obstante suelen usarse con mayor frecuencia sus siglas en Inglés DOMS (Delayed
Onset Muscular Soreness).
¿A qué
se debe su aparición? Podríamos decir que a causa de las siguientes 3 teorías.
-
Micro-roturas de fibras
musculares; Una intensidad muy elevada o el no estar acostumbrados a realizar
ejercicio, pueden provocarnos roturas musculares e inflamación muscular. Es la
más aceptada por la comunidad científica.
-
Temperatura incrementada
localmente en músculos; Posee cierta similitud respecto a la primera teoría. Se
refiere a un sobre-calentamiento de algunos grupos musculares a consecuencia de
la práctica deportiva, que pueden provocarnos micro-lesiones internamente.
- Acumulación de ácido
láctico; Esta teoría menciona que el ácido láctico producido en nuestro
organismo, se va cristalizando internamente y aparece el dolor muscular que
estamos tratando. Sin embargo, esta teoría no tiene mucho apoyo científico.
¿Cómo
debemos tratar este dolor?
El tratamiento
podríamos clasificarlo en tres tipos de intervenciones; alejándonos de falsos
mitos como el tomar agua con azúcar.
En
primer lugar podemos encontrar el tratamiento farmacológico, consiste en la
toma de productos Anti-inflamatorios pero No Esteroideos. Sin embargo se ha
demostrado que sus resultados son muy confusos, muchas investigaciones muestran
sus resultados como neutros. Medicamentos más utilizados en este tratamiento
han sido el ibuprofeno o naproxeno.
La
intervención dietética. La nutrición es nuestra fuente de energía, por eso este
tratamiento, consiste en la ingestión de suplementos nutricionales, como por
ejemplo las isoflavonas o algunos aceites procedentes de pescado. Al contrario
que el párrafo anterior, este si se ha demostrado que es efectivo.
Por
último, las terapias físicas. Esta intervención es mi preferida y la que más
utilizo ante estos problemas. La micro-rotura se ha producido por una carga de
ejercicio, sigamos trabajando nuestros músculos a una menor intensidad. Dentro
de este apartado podemos encontrar, el masaje, la crioterapia, e incluso la
electro-estimulación. También podemos
servirnos del medio ambiente, y realizar diversas carreras suaves por césped.
En
conclusión, el deporte y actividad física es un campo muy amplio que cada día
ofrece diferentes alternativas. Si usted padece agujetas, olvídese de técnicas
antiguas que han demostrado ser falsas y no conseguir la recuperación. Reciba
un masaje, salga a pasear o haga un trote por césped. Una vez finalizado este
ejercicio tome un baño de agua fría en la zona afectada y comprobará un alivio
y mejoría en su organismo.