Existen
algunos deportes o tipos de actividad física, donde la música forma parte del
ejercicio a realizar. Un ejemplo de estos deportes y actividades pueden ser;
aeróbic, body-step, body-jump, natación sincronizada… La
música es algo que vive dentro de nosotros, cuando nos subimos al coche ponemos
música, cuando salimos a tomar algo con familiares y amigos estamos escuchando
música.
En
las competiciones, muchos equipos realizan sus calentamientos con música, esto
puede aumentar la motivación de los jugadores y puede suceder que a algunos de
nuestros jugadores les ayude a liberar tensiones y mejorar su concentración. De
este modo nuestros jugadores alcanzarán un mayor rendimiento y jugarán más
relajados.
A
la hora de los entrenamientos en diferentes deportes podemos usar ritmos
musicales. Por ejemplo, en el deporte de la natación, podemos marcar un ritmo
golpeando con una tabla en el trampolín y pedir al deportista que cada golpe
realice un ciclo de brazos. De esta manera podemos variar la intensidad del
entrenamiento, en función de lo que veamos más adecuado, haciendo un ritmo más
allegro (velocidad del nadador aumentará), por el contrario si hacemos el ritmo
más lento (la velocidad del nadador disminuirá).
Por
otro lado en el atletismo, también usamos la rítmica. El corredor de 400 metros vallas
realiza 13, 14 o 15 pasos. En estas carreras la aparición de la fatiga es un
factor fundamental. Podemos trabajar marcando una rítmica que haga al corredor
dar siempre ese mismo número de pasos entre valla y valla.
¿Podemos
trabajar aspectos físicos con música?
En
deportes colectivos podemos utilizar la música tal y comentaba al principio
para diferentes aspectos, tales como mejorar nuestra concentración o aumentar
nuestra motivación. Sin embargo, en el trabajo de fuerza abdominal, fondos,
dominadas, podemos marcar un ritmo también. En cada golpe, el jugador realizará
una repetición del ejercicio que estemos trabajando. El ritmo de los golpes,
puede ser más rápido o más lento. Aquí encontramos muchas variantes, por
ejemplo, golpes a un ritmo constante y lento durante toda la serie, de este
modo creamos más resistencia y provocamos un mayor esfuerzo en nuestros
jugadores. Otro ejemplo puede ser empezar con un ritmo lento e ir aumentándolo
progresivamente, de este modo mejoraría la explosividad, puesto que metemos rapidez
cuando nuestro cuerpo ya está fatigado.
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