Tomamos como concepto de fuerza la capacidad de inducir
cambios en un cuerpo o modificar su movimiento como sucede cuando realizamos
pesas. De un modo tradicional el entrenamiento de fuerza siempre ha estado
vetado en la época de los niños, por que se consideraba que entorpecía el
desarrollo y el crecimiento. ¿Realmente esto sucede así?
En mi opinión no; el entrenamiento de fuerza no debe estar
vetado para los niños pero si que se deberían tener consideraciones previas al
entrenamiento. El niño cuando va al colegio lleva una mochila en la espalda,
situación en la que el niño está trabajando fuerza. Lo que no se conoce es la
carga a partir de la cual el entrenamiento de fuerza es perjudicial para el
desarrollo del niño.
Al empezar el entrenamiento de fuerza debemos tener en
cuenta diferentes etapas (Martín, 1984):
-
De la construcción neuromuscular. (6-12 años).
-
Del desarrollo muscular y fuerza máxima. (13-16 años).
-
De la integración de la fuerza rápida. (16-20 años).
En la primera etapa, se orienta el entrenamiento a la
construcción muscular básica, predominando aún el trabajo coordinativo y el técnico.
La segunda etapa está orientada al desarrollo de la fuerza
general. Es la etapa sensible para adquirir altos niveles de fuerza.
En la última etapa, el entrenamiento de fuerza es dirigido y
especial, tendemos a abandonar ejercicios que trabajaban grandes grupos
musculares para pasar a desarrollar trabajos con cargas donde entran
movimientos.
El entrenamiento de fuerza hace que se favorezca el
desarrollo y la formación general de los niños y adolescentes (Cerani 1990 en
Carrasco y Torres, 2000). Algunos beneficios son los siguientes:
-
Mejora niveles de fuerza, por encima del desarrollo
normal.
-
Mejoras de las destrezas y eficiencia deportiva.
-
Reducir las lesiones en deportes y actividades de
recreación.
-
Mejora favorable de los parámetros anatómicos.
En conclusión y a modo de resumen, el entrenamiento de la
fuerza ha estado vetado tradicionalmente. Los niños están expuestos a diario a
realizar fuerza en actividades diarias, por ejemplo llevar una mochila en la
espalda al colegio. Las cargas serán pequeñas porque no se conoce con exactitud
a partir de que nivel de carga este entrenamiento es perjudicial para el
desarrollo de los niños. Pueden conseguirse beneficios tanto en el desarrollo
como en el rendimiento deportivo, No obstante, y lo más importante no debemos
olvidarnos de la etapa en la que se encuentran los niños y que realizar en cada
etapa.
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