En numerosas ocasiones se dice o hablamos de que
padecemos contracturas, sobre todo en nuestra espalda. ¿Sabemos realmente que
son las contracturas? Las contracturas son unas contracciones exageradas de las
fibras musculares, que se producen de un modo continuado.
En numerosas ocasiones, lo habremos comprobado, palpándonos
la zona donde se han producido, y notando un bulto o un dolor local, el cual
nos altera la función principal del músculo.
Son diversos los factores fisiológicos que producen
las contracturas. Un total de cinco que se convierten en una especie de “circulo
vicioso” donde uno de ellos da paso al siguiente y al final de la cadena se
retroalimentan. Veámoslos a continuación.
-
TONO MUSCULAR: Es algo
necesario en nuestro cuerpo, cuando este es demasiado elevado incluso en
horario de descanso, provocará que el músculo se encuentre mucho más tenso y
rígido.
-
MOVIMIENTO: Se ve afectado
porque el “tono muscular”,
provocará una disminución en el rango de movimiento, valga la redundancia.
-
CIRCULACIÓN: Como disminuye
nuestro “movimiento”, provoca
una disminución en la circulación. Si una esponja no la apretamos y abrimos el
intercambio de líquidos va a ser insuficiente. Por lo tanto, la renovación
sanguínea muscular será insuficiente.
-
ACÚMULO DE TOXINAS: El cuerpo tiene una serie de productos de desechos,
los cuales deben ir eliminándose. Los factores anteriormente vistos, van a
provocar un aumento de toxinas o de esos productos de desecho.
-
DOLOR: Las toxinas y
en este caso su aumento, son las que van a provocar el dolor, ya que irritan
las terminaciones nerviosas, junto con la presión que está ejerciendo la
presión muscular.
Las causas que pueden dar lugar a las famosas contracturas,
son muchas, a continuación podemos verlas.
-
TENSIÓN PSIQUICA: Esta tensión va a
provocarnos un aumento en el tono muscular. Del mismo modo, va a provocar que
la respuesta al dolor sea mucho más exagerada.
-
AUTO-INTOXICACIÓN: La mala
alimentación o una simple mala digestión, va a conllevar una mayor realización
de productos tóxicos, y un funcionamiento insuficiente de hígado y riñones que
provocará un incremento de las toxinas.
-
ESFUERZOS MANTENIDOS: Ya sean en
posiciones laborales o posturales, con una larga duración en el tiempo, van a
conllevar un aumento e incremento del círculo vicioso visto anteriormente.
-
ACTIVIDAD DEPORTIVA: cuando comenzamos a
entrenar, o realizamos una serie de esfuerzos de muy alta intensidad, van a
provocar unas microroturas. Por un lado van a causar un aumento de las toxinas,
porque van a suponer células muertas. Por otro lado, van a afectar a nuestro
dolor, que será de una mayor intensidad.
-
CONTRACCIÓN ANTÁLGICA: Se produce cuando ese
dolor o inflamación se produce en una articulación, y que va a ser protegido,
por la musculatura. En este caso estaríamos hablando de una contractura más
secundaria que las anteriores.
-
SEDENTARISMO: Va a provocar
una pérdida de la capacidad de elongación muscular. Además perjudicará esa
capacidad de limpieza de sustancias de desecho. Favoreciendo de esta manera, la
aparición de contracturas.
-
FRÍO: Cuando nos
exponemos a temperaturas bajas, nuestros músculos se contraen con la intención
de proteger el organismo. Si esta contracción es mantenida a lo largo del
tiempo puede activar los factores del círculo vicioso anterior.
Para concluir a todo el mundo, nos gusta practicar
algún tipo de actividad o deporte, pero antes de ello debemos conocer nuestro
cuerpo. Saber si padecemos o no contracturas nos ayudará a ganar en salud. Por
otro lado, saber las diferentes causas que pueden provocar las contracturas,
nos ayudará a prevenirlas y obtener, de este modo un mayor bienestar.